PROSPERIDAD

Tu herencia divina como hijo de un Creador abundante es la abundancia. Llevándolo a su sentido más amplio, cuando hablo de abundancia, me refiero a todo aquello que necesitas para vivir una vida plena, feliz, en paz, saludable, en fin, próspera a todos los niveles. No estoy hablando únicamente de tener dinero.

La prosperidad es un estado del ser, un estado de consciencia.   Hay quienes no tienen mucho dinero y se sienten prósperos y otros que tienen mucho dinero y se sienten pobres.  Lo mismo pasa con el que puede tener una enfermedad y sentirse feliz y uno con salud, sentirse miserable.

Con una consciencia de prosperidad puedes lograr todas tus metas, pues estás en la certeza de que puedes vencer cualquier obstáculo que se te presente.  Sabes que el éxito es tuyo, y que es cuestión de tiempo para que se manifieste en el plano físico.

El que es abundante:

  • Tiene relaciones buenas.
  • Tiene prosperidad económica.
  • Tiene salud.
  • Tiene buenas amistades.

Cómo te relacionas con cada una de estas áreas, dependerá de si te sientes próspera o no.  Si hay una de esas áreas de tu vida que no te hace feliz, tienes que sanar tu relación con ella. 

Dar y Recibir son lo Mismo

La lección 108 de Un curso de milagros  dice “Dar y recibir son en verdad lo mismo”.  Si quieres sentir una actitud de prosperidad a través de tu vida, es importante interiorizar este principio. Como mencioné, Un Curso de Milagros enseña que hay dos formas de pensar, desde el miedo o desde el amor.  Si estás pensando desde el amor sentirás la abundancia del Padre.  Por el contrario, el miedo te lleva a pensamientos de escasez.

Desde tus pensamientos de miedo, has aprendido que:

  • Si das, te queda menos.
  • Esto te lleva a competir para acaparar más, o a abstenerte de dar, porque se te acaba. 
  • Ha llegado el momento de darte cuenta que es todo lo contrario.  En la medida que das, recibes.  Por lo tanto, mientras más des, más recibes. 

Hay personas que saben dar pero no saben recibir.  Otras, saben recibir, pero no saben dar.  Esto crea un desbalance energético que no permite que se logre paz interior. 

Hasta ahora, he comentado sobre dar y recibir en forma explícita.  Hay otra forma en que das y recibes en todo momento en forma implícita.  Como todo es energía, hay un constante intercambio de energía entre una cosa y otra, una persona y otra.  Das lo que eres.  Si dar y recibir es lo mismo, vas a dar aquello que quieres recibir.

En el próximo blog te daré unos ejercicios que te van a ayudar en esto. Espero verte.    

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