La gran mayoría de las personas piensan que si dan algo, les queda menos porque piensan únicamente en el mundo de las formas. Si tengo $10.00 y te doy $5.00, por supuesto, que solo me queda la mitad. A esto yo lo llamo una mentalidad de escasez.
Como he mencionado en otros blogs, existen leyes espirituales o universales. Estas leyes tratan con una dimensión superior donde todo es energía. En este nivel, lo que yo doy me regresa. Las cosas que percibimos como materiales están compuestas de energía. Lo que yo doy esta precedido por un pensamiento de dar. Considerando que la energía es electromagnética, esa energía se une a las energías que comprenden la creación y, por la ley del magnetismo, atraen energías similares que regresan a mí multiplicadas.
Vamos a verlo en acción. Una vez yo leí la historia de una mujer que se había mudado recientemente a Nueva York y no conocía a nadie. Para colmo, al poco tiempo de llegar, el esposo la dejó. Llegó la Navidad, y se sentía el ser más solo y miserable. No podía con la depresión. Se puso a pensar en otros que estaban peores que ella y llamó a un centro que le daba comida a los deambulantes (homeless) y preguntó si podía ser voluntaria esa noche. Luego de estar sirviendo y dándoles amor a estas personas, sintió tanta paz y amor que pensó que ese era el mejor día de Navidad que había pasado en su vida.
Ella logró vivir lo que dice el tercer principio de Sanación de Actitudes que Dar y recibir es lo mismo. Cuando nos enfocamos en dar y en unirnos con otros, el miedo se va y aceptamos la sanación mental para nosotros.
Cuando damos, no estamos pensando en nada que no sea extender amor. No hay cabida en nuestra mente para el miedo. Cuando nosotros sentimos ese amor, nuestra inclinación natural es querer compartirlo y, cuando lo compartimos, todo lo demás deja de existir en nuestra mente. Así es que si damos amor, recibimos amor. Si damos perdón, recibimos perdón, etc. Te invito a que des únicamente amor.