Parte de nuestro juicio es sobre la muerte. Que muchas personas le tienen miedo. Comenzamos a soltar el miedo a la muerte cuando creemos verdaderamente que lo que es real nunca cambia y que el Amor siempre está presente.
La muerte es meramente una transición de un estado del ser a otro. El cuerpo es temporal y es un instrumento que hemos creado para nuestro aprendizaje, pero la vida, nuestra esencia, siendo espíritu, es eterna.
Uno de los principales mensajes que vino Jesús a enseñarnos con su muerte y resurrección, es que la muerte no existe, que somos eternos porque somos extensiones del Amor puro.
Tuve el honor de presenciar el momento en que mi abuela, mi mamá y mi papá fallecieron. En los tres casos, fue igual. Pude sentir el preciso momento en que el alma dejó el cuerpo. Una vez se separó, el cuerpo yacía inerte, sin vida, cuando se sentía la energía habitando ese cuerpo unos segundos antes. Mi sensación fue que mi familiar ya no era ese cuerpo. Era mucho más, pero ese cuerpo ya no.
Mi abuela murió de 93 años. Ella me contaba que a veces, cuando dormia, sentía a mi abuelo, quien había muerto años atrás. Siempre le contestaba que se recordara que somos eternos unidos por el amor y que era posible que mi abuelo la vistara algunas noches mientras dormia. El día que murió, mi reloj se paró en el preciso instante que sentí que su espíritu dejo el cuerpo. Siempre he pensado que ella me envio un mensaje para que no dudara que lo que le decía era cierto. La muerte no existe. Somos eternos.
Esas experiencias me llevaron a la certeza de que no hay que temerle a la muerte, pues somos eternos. Lo que muere es el cuerpo. Nuestra esencia de amor jamás.
Te invito a que hagas una evaluación sobre lo que piensas sobre la muerte. Anota todos los pensamientos de miedo que surjan. Míralos uno a uno. Quédate con cada pensamiento hasta que puedas identificar de donde viene tu miedo. Practica a sentir tu unidad con todo. Eso se logra a través de la meditación en el silencio. Cuando logras ese silencio mental se eliminan las barreras que has puesto con tus pensamientos del ego y solo sientes la paz y el amor eterno que eres. Si nunca lo has hecho, trata poco a poco hasta que puedas hacerlo por lo menos 20 minutos. Una vez que puedas sentir ese amor que eres, cada vez que quieras, el miedo a la muerte se disipará y podrás disfrutar mucho más de la vida.