El Perdón
El Curso de Milagros (el Curso) enseña que la única manera de lograr cambiar tus percepciones es a través del perdón. Si entendiste la explicación de la proyección del blog anterior, ya sabes que lo que ves afuera que te molesta, en realidad es tu propia proyección. Al verla afuera te da coraje. Por lo tanto, cuando perdonas lo que ves en otro, en realidad te estas perdonando a ti mismo por tener ese pensamiento.
- El perdón del cual habla el Curso no es el perdón que conocemos donde te ves como el santo y el otro como el malo. El Curso dice que lo único que existe es el amor. Esa es nuestra Realidad. Todo lo que no es amor es miedo y el miedo es una ilusión, no es real.
- Siguiendo con el Curso, perdonar es darte cuenta que si tu verdadera esencia es el amor y lo que no es amor no es real, en realidad no ocurrió nada. O sea, no hay nada que perdonar.
- Es ver a Dios en el otro, ver la inocencia que todos somos.
- Darte cuenta que cuando tú o el otro no están actuando desde el amor, están en el miedo y por consiguiente el acto “erróneo” que cometieron, no es otra cosa que un pedido a gritos de que necesitan amor, para recordarles quien verdaderamente son.
- Cuando alguien hace algo que te injuria, en vez de verlo como culpable, puedes optar por cambiar tu percepción y ver en esa persona a alguien que está herido por circunstancias de su pasado que aún no ha sanado. Si escoges cambiar tu percepción, te darás cuenta que estás viendo tus heridas en el otro y así podrás perdonarlo con mayor facilidad.
- Siempre puedes escoger pensar diferente. De eso dependerá tu reacción.
Las relaciones que no has completado son parte tuya, no importa si ya la persona está contigo o no. Todos los resentimientos y corajes que conllevan una relación maltrecha los llevas adentro, como equipaje, dondequiera que vayas. En la mayoría de los casos, le echamos ese bagaje encima a quien menos se lo merece. Es por eso que es tan importante completar todas nuestras relaciones.
Una de las formas más poderosas de completar una relación es a través de una carta. Esto se puede hacer aunque la persona haya muerto. Siempre hay comunicación a nivel energético.
El siguiente ejercicio te ayudará a soltar los resentimientos que puedes llevar adentro por eventos pasados:
- Comienza una carta a la persona con quien tuviste una relación inconclusa. Vas a comenzar la carta diciendo “Fulano, algo que siempre quise decirte fue… Aquí vas a decirle todo lo que hubieras dicho si te hubieras atrevido o te lo hubieran permitido. Por ejemplo, “Papi, algo que yo siempre quise decirte es que yo necesitaba que pasaras más tiempo conmigo.”
- Luego vas a decirle “El hecho de que tú hayas sido así trajo como consecuencia que… (Aquí pones la forma en que tu vida se afectó por eso.) Un ejemplo sería “El hecho de que tu no me hayas dedicado tiempo trajo como consecuencia que yo me sintiera que no era importante. Por consiguiente, siempre he traído a mi vida personas que no me han tratado como que yo valgo.
- En el próximo paso le agradeces la lección que eso trajo a tu vida, como por ejemplo, “Por otro lado tengo que agradecértelo porque ese sentimiento de no valer me ha hecho trabajar con mi autoestima y hoy mi vida y mis relaciones son mejores gracias a eso.”
- Haces esos pasos con cada cosa que deseaste decir y nunca dijiste.
- Este ejercicio te va a ayudar a decir lo que necesitas decir, a darte cuenta en que forma te afectó, y, además, a ver que cada experiencia trae consigo un aprendizaje.
- Esta carta no hay que enviarla. El solo hecho de escribirla es suficiente.
Puedes escribirles a tantas personas como quieras. El perdón es una actitud interna que nos lleva a la paz interior. No es necesario comunicárselo a nadie. Tampoco es necesario continuar al lado de la persona a quien perdonamos, o continuar relacionándonos con esa persona. Meramente la vemos en luz y la soltamos.