Filosofía holística: la mente

En los primeros blogs, escribí sobre los pensamientos y cómo tus pensamientos crean tu vida. Si estás leyendo mis blogs por primera vez o estás interesado en investigar más, dirígete a ellos. Los encontrarás entre el 24 de enero y el 19 de marzo.

¿Alguna vez se te ha ocurrido pensar de dónde sale la mente? Para yo entender cosas bien esotéricas me invento cuentos que resuenen con lo que estamos viviendo en esta tercera dimensión. Imagínate al Creador que es Inteligencia Suprema, Amor Eterno, Perfección, queriendo experimentarse a sí mismo. Como lo era Todo, no podía. En este momento no existía nada físico, sino únicamente energía consciente.

Entonces pensó, yo puedo hacer esto bajando mi frecuencia vibratoria para que lo que ahora es Uno se divida, únicamente en apariencia, en muchos. Digo en apariencia porque, en realidad, todo sigue unido a todo. Una vez la frecuencia bajo un poco se creó lo que llamamos Espíritu aún unido a Todo lo que es, y sin que existiera nada físico.

El Espíritu siguió bajando la frecuencia, muy lentamente para irse acostumbrando, hasta que comenzó a percibirse muy sutilmente una densidad. Así siguió por millones de años, hasta que en un punto de frecuencia, se creó el alma, o vehículo del Espíritu.

Como había bajado bastante de densidad, aunque aún en una frecuencia muy alta, el alma aparentaba estar separada del Creador. El alma también tiene todos los atributos del Creador porque es el vehículo del Espíritu y es nuestra verdadera realidad. Toda la humanidad está unida por el alma. Cuando morimos lo que muere es el cuerpo. El alma es eterna y siempre parte del Creador.

Al estar en una dimensión baja, el alma, ahora pensando que eran muchas almas porque las veía separadas, se dio un susto pensando que se había separado de Dios. Ese miedo  del alma emitió tanta energía, que creó el “Big Bang,” que creó el Universo físico.

Para que existiera dualidad y el alma pudiera experimentar diferencias, siguió bajando su frecuencia lo suficiente para poder habitar un cuerpo físico. Una vez el alma habitó un cuerpo, era tal su densidad que se olvidó de dónde venía.

Un curso de milagros enseña que la mente del ego se creó en el mismo instante en que pensamos que estábamos separados de Dios y de los demás debido al intenso miedo que sintió el alma.

El ego es la parte de nuestra mente que juzga, proyecta, critica. Cuando pensamos con la mente del ego, nos sentimos solos, asustados, aislados. Cuando pensamos o decimos “yo”, normalmente nos identificamos con el ego. Es lo que creemos que somos.

Un curso de milagros nos lleva a deshacernos de esos pensamientos equivocados que nos causan tanta infelicidad. En los próximos blogs explicaré cómo lo hace.

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