Un curso de milagros y la relación santa

En el blog anterior, expliqué lo que es una relación especial. Una relación especial se convierte en una relación santa en lo que el Curso llama el instante santo.

Según lo explica Kenneth Wapnick en su Glosario-Índice de Un Curso de milagros, el instante santo es el intervalo de tiempo en el cual escogemos el perdón en vez de la culpa..; es una expresión de nuestra pequeña disponibilidad a vivir en el presente…

Como mencioné en el blog de la relación especial, en este tipo de relación, que es la que estamos acostumbrados a vivir, mientras el otro actúe como esperamos, estamos felices. Cuando cambia, estamos infelices y comenzamos a culparlos de nuestra infelicidad.

Cuando aprendes a ver las cosas de forma diferente y entiendes la diferencia de estar en el ego o en el Espíritu Santo, estar en el miedo o en el amor, comienzas a ver la relación con otros ojos y con otro propósito.

Mi termómetro para saber si estoy o no en el ego es mi paz interior. Aprendí a estar bien atenta a mi sentir. Tan pronto me doy cuenta que no estoy en paz, me detengo. Reconozco que hay algún pensamiento mío que me la está quitando (o sea, no le echo la culpa a nadie). El próximo paso que doy es que le entrego todo al Espíritu Santo, que es esa parte en mí que sabe que está conectada a Dios.

Cuando estás en una relación y ya sabes que en esencia, todos somos Uno, la otra persona está en tu vida para ayudarte a sanar y elevar tu consciencia. Cualquier situación que surja que les quite la paz les muestra las áreas inconscientes que tienen que sanar. Dicho de otra forma, cada cual es el espejo del inconsciente del otro.

En la relación santa, dejas de ver a la otra persona como alguien que tiene la obligación de llenar tus vacíos e inseguridades.  Ambos comienzan a verla como aliados en sus mutuos caminos de despertar.

Aunque surgirán situaciones donde uno le sacará al otro coraje y miedos inconscientes, ambos reconocen que ese es el propósito principal de estar juntos. Respiran profundamente para regresar a la paz, se lo entregan al Espíritu Santo para que los ayude a ver la situación desde el amor y no desde el miedo, y sin duda, lo hará. Una vez se da el perdón, que en última instancia es a nosotros mismos, ya que todo surge de nuestros propios pensamientos vistos afuera, viven otro instante santo.

La relación santa es la forma más gloriosa de vivir.

 

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