Si quieres tener un día positivo, créalo

Cuando me acuesto en la noche dedico un tiempo a examinar mi día. Con mucha tranquilidad traigo a mi mente todas las cosas buenas que atraje a mi vida ese día. Luego de analizarlas, agradezco el haberlas vivido. La energía del agradecimiento atrae cosas de energía similar.

Una vez termino con todo lo positivo, comienzo a pensar en lo que no me agradó o no me hizo feliz. Aquí es que comienza mi análisis.

  • Primeramente, reconozco que todo surgió de mí. Nada ni nadie es culpable.
  • Luego me detengo con cada experiencia y busco en mi interior cuál sería mi lección.
  • Para tener claridad, acudo a mi Espíritu Santo o Ser Superior para que me ayude a ver las cosas con claridad.
  • Algunas de las lecciones pueden ser paciencia, compasión, tolerancia.
  • Una vez tengo claridad sobre la razón de esa experiencia en mi vida, la dejo ir luego de agradecer la lección. No la guardo en mi mente para luego estar sufriendo de nuevo esta vez por no soltar.

En la mañana siguiente, antes de levantarme, planifico en  mi mente el día que quiero tener. Aquí utilizo toda mi imaginación.

  • Si tengo cosas específicas que hacer, pienso en cada una individualmente. Me visualizo haciéndola y traigo a mi corazón la gran dicha que me produce esa actividad.
  • Pienso en todos los detalles y me deleito en mi mente. No permito que nada negativo entre a mi mente.
  • Después que he hecho lo mismo con cada cosa que quiero hacer ese día, me levanto y así comienzo mi día.

Yo creo el día que quiero. Y si no lo logro hoy, será mañana. Tú también tienes ese poder.

 

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